En 2025 la Ley de Protección de Datos (LOPD) ha experimentado cambios relevantes que afectan de lleno a empresas, pymes y autónomos en España. La creciente digitalización y el uso de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y el Big Data han impulsado una actualización de la normativa para reforzar los derechos de los usuarios y la responsabilidad de las organizaciones. Te explicamos las principales novedades, cómo afectan a tu actividad y qué medidas debes implementar.
Las principales novedades en la normativa afectan especialmente a las empresas que utilizan inteligencia artificial en el tratamiento de datos personales. Si tu empresa utiliza algoritmos, deberás informar de forma explícita sobre ello, explicar de qué manera impactan las decisiones automatizadas en los usuarios y garantizar que estas decisiones puedan ser revisadas por una persona. Será fundamental incluir un apartado específico sobre tratamientos algorítmicos en la política de privacidad.
También cambian los requisitos relativos al consentimiento. Ahora, debe ser mucho más claro y granular. Ya no basta con una aceptación global de condiciones: los usuarios deben poder escoger qué tipos de tratamiento aceptan y cuáles rechazan. Por ejemplo, un cliente podría aceptar recibir facturas electrónicas pero rechazar el envío de ofertas comerciales.
En lo que respecta a las transferencias internacionales de datos, la nueva ley exige que cualquier traslado de datos fuera del Espacio Económico Europeo sea registrado ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), además de garantizar que el país receptor ofrezca un nivel adecuado de protección.
En cuanto a las sanciones, el importe máximo de las multas aumenta hasta el 4% de la facturación anual global o 20 millones de euros, optándose siempre por la cifra mayor. Además, se endurecen las sanciones en casos de incumplimiento reiterado o falta de colaboración con la AEPD.
Por otro lado, se refuerza el principio de Privacy by design y Privacy by default, de modo que los productos y servicios deberán integrar la protección de datos desde su concepción y asegurar que, por defecto, se ofrezca el máximo nivel de privacidad al usuario. Es importante revisar los formularios web y plataformas digitales para cumplir esta exigencia.
Para pymes y autónomos, aunque la normativa general es la misma, se introducen algunas flexibilizaciones. El nombramiento de un Delegado de Protección de Datos (DPO) será obligatorio solo si se tratan datos sensibles o a gran escala; en otros casos bastará con designar un responsable interno que documente los procedimientos.
Las evaluaciones de impacto únicamente serán necesarias si se realizan tratamientos de alto riesgo, como la biometría o la geolocalización masiva, y la AEPD ha publicado guías específicas para facilitar estas evaluaciones. Además, todos los empleados que gestionen datos deberán recibir formación anual certificada, aplicándose esta obligación también a los autónomos que manejen datos de terceros. Es recomendable documentar todas las formaciones realizadas para acreditar el cumplimiento ante eventuales inspecciones.
En relación con los subcontratistas, si contratas servicios de terceros, como proveedores de hosting, plataformas de CRM o gestión de nóminas, deberás asegurarte de que cumplen la normativa de protección de datos y firmar con ellos contratos de encargo de tratamiento más detallados. Es fundamental revisar los contratos vigentes para adaptarlos a las nuevas exigencias.
Algunos ejemplos prácticos permiten visualizar mejor estas obligaciones:
El análisis de sanciones recientes revela lecciones valiosas. Se han impuesto multas a empresas pequeñas por no recoger el consentimiento de manera granular en sus formularios, y a negocios que no informaron adecuadamente sobre el uso de IA en sus servicios personalizados.
Cumplir con la nueva LOPD no solo evita sanciones importantes, sino que también mejora la confianza de los clientes en el negocio. Los cambios de 2025 buscan fortalecer la protección de los ciudadanos en un entorno digital más complejo y exigente. Para pymes y autónomos, adaptarse es esencial para cumplir con la normativa, evitar sanciones y consolidar una relación de confianza con sus clientes.