Diciembre no es solo el mes de las compras navideñas y de preparar celebraciones: también puede ser el mejor momento para optimizar tus impuestos. Aunque la declaración del IRPF del año no se presenta hasta la primavera siguiente, muchas de las decisiones que marcarán lo que pagarás convienen tomarlas antes del 31 de diciembre. Un buen cierre de año fiscal puede traducirse en un ahorro significativo de cara a la próxima campaña de la Renta.
Revisar y compensar plusvalías y minusvalías
Si durante el año has vendido activos (acciones, fondos, inmuebles u otros valores) con ganancias, y al mismo tiempo en tu cartera hay inversiones con pérdidas, diciembre puede ser el mes ideal para ajustar tu estrategia. Vender esos activos con minusvalías antes de que acabe el año permite compensar los resultados negativos con las ganancias obtenidas y reducir así la base del ahorro tributado en la próxima declaración.
Este tipo de compensación solo surte efecto si las operaciones se hacen antes del 31 de diciembre. Si lo dejas para 2026, esas pérdidas o ganancias contarán en otra declaración. Por tanto, revisar tu cartera, calcular pérdidas latentes y decidir si cerrar posiciones puede tener un impacto real en lo que acabarás tributando.
Aportaciones a planes de pensiones: un ahorro que puedes anticipar
Una de las fórmulas clásicas y más eficientes para reducir la base imponible del IRPF son las aportaciones a planes de pensiones o sistemas de previsión social. Si las haces antes de fin de año, esas cantidades se restan de la base general, lo que disminuye la parte sobre la que se aplican los tipos progresivos del impuesto.
Además, cuanto más alto sea tu tipo impositivo marginal, mayor será el beneficio real de estas aportaciones. Esto lo convierte en una opción especialmente interesante para quienes tienen salarios elevados o ingresos variables, ya que permite que parte de esa renta quede protegida fiscalmente.
Para quienes tienen un plan de pensiones a través del trabajo o un plan colectivo, diciembre puede ser el momento de revisar si quedan margen de aportación disponibles —y si conviene completarlos antes del cierre fiscal.
Hipoteca, vivienda habitual y amortizaciones anticipadas
Si compraste tu vivienda habitual antes de 2013 puede que todavía tengas derecho a la deducción por vivienda en la declaración, que te permite deducirte el 15% de lo aportado en el año. En ese caso, una estrategia consiste en adelantar parte de la amortización de la hipoteca antes del 31 de diciembre, si aún no has alcanzado el límite máximo de aportación deducible de 9.040€.
De esa forma no solo reduces tu deuda hipotecaria, sino que también maximizas la deducción en la próxima renta, aprovechando al máximo lo permitido por ley para ese año.
Donaciones y retribuciones en especie: pasos con impacto
Las donaciones a ONG, fundaciones o entidades sin ánimo de lucro siguen siendo una herramienta válida de deducción fiscal, siempre que se hagan antes de fin de año. Realizar donativos en diciembre puede suponer una desgravación inmediata en la próxima declaración de la Renta.
Por otro lado, si tienes la posibilidad, a través de tu empresa o como autónomo, de optar por retribuciones en especie (vales de comida, transporte, seguros, guardería, etc.), diciembre es buen momento para valorar su conveniencia. Algunas formas de retribución en especie están exentas o tienen un tratamiento fiscal favorable, lo que puede reducir la base imponible sin necesidad de aumentar los ingresos netos.
Hacer inversiones o pagos deducibles antes de que cierre el año
Más allá de la vivienda o pensiones, otras inversiones o pagos, como mejoras en eficiencia energética, instalación de sistemas que dan derecho a deducción, vehículos eléctricos, puntos de recarga, reformas, etc., pueden tener un efecto tributario favorable si se completan antes del 31 de diciembre. Eso permite que esos gastos o inversiones computen para la declaración del año correspondiente.
También puede interesar anticipar gastos deducibles si eres autónomo o tienes actividad económica (material, herramientas, formación, etc.) siempre que estén debidamente justificados.
Por qué diciembre es la ‘última llamada’ fiscal
Diciembre funciona como una especie de última oportunidad cada año: es tu última ocasión para tomar decisiones que afecten a la declaración de la Renta de los doce meses acabados. Una vez traspasado el 31 de diciembre, muchas decisiones pierden efecto fiscal hasta la próxima campaña.
Además, algunas deducciones tienen límites anuales (en aportaciones, amortizaciones, donativos, inversiones, etc.), así que, si no alcanzaste esos topes con anterioridad, este mes puede ser clave para completarlos.
Diciembre es una oportunidad real para diseñar tu declaración de la Renta con ventaja. ¿Quieres reducir lo que pagarás en la próxima declaración, o maximizar tu devolución? Contacta con nuestros asesores fiscales.