El cierre del ejercicio fiscal es un momento clave para autónomos, pymes y empresas. No se trata únicamente de cumplir con las obligaciones contables y tributarias, sino también de planificar adecuadamente con el fin de optimizar la factura fiscal. Tomar decisiones estratégicas antes de que finalice el año puede marcar una diferencia significativa en la carga impositiva.
Te contamos algunas de las principales estrategias fiscales que conviene considerar al cierre del ejercicio, siempre con el apoyo de una asesoría fiscal que adapte cada medida a la realidad concreta del negocio.
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Revisión de ingresos y gastos deducibles
Uno de los primeros pasos es revisar exhaustivamente todos los gastos deducibles que pueden minorar la base imponible:
- En el caso de los autónomos, conviene comprobar si se han registrado todos los gastos relacionados con la actividad: suministros, alquiler de oficina, seguros, cuotas profesionales, formación, material de oficina o vehículos afectos.
- Para pymes y sociedades, resulta recomendable asegurarse de que los gastos financieros, de personal, amortizaciones y otros costes operativos estén correctamente justificados y contabilizados.
En muchos casos, anticipar o diferir determinados gastos al final del ejercicio puede ser una herramienta eficaz de planificación.
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Amortizaciones y provisiones
Las empresas pueden aprovechar las amortizaciones fiscales de inmovilizado material e inmaterial, ajustando las tablas a lo permitido por la normativa para reducir la base imponible.
Asimismo, es importante valorar la dotación de provisiones por insolvencias o deterioro de activos, siempre dentro de los límites legales. Esto permite reflejar una imagen fiel de la situación financiera y, al mismo tiempo, optimizar el resultado fiscal.
Para autónomos en estimación directa, la correcta aplicación de amortizaciones también es un factor clave que muchas veces se pasa por alto.
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Compensación de bases imponibles negativas
Si la empresa o el autónomo ha tenido pérdidas en ejercicios anteriores, es posible compensarlas con beneficios futuros. La Ley del Impuesto sobre Sociedades y la normativa del IRPF contemplan esta posibilidad, que puede llegar a ser determinante para reducir la factura fiscal del año en curso.
Conviene revisar con detalle el historial fiscal para no perder esta oportunidad, ya que la compensación puede aplicarse de manera indefinida en el tiempo, pero siempre dentro de los límites que establece la normativa vigente.
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Revisión de las retenciones practicadas
Los profesionales y empresas que emiten facturas con retención deben comprobar que estas se han aplicado correctamente a lo largo del ejercicio. En algunos casos, puede ser conveniente ajustar las retenciones en las últimas facturas del año para evitar un exceso de tributación que, aunque se recupere en la declaración anual, genera tensiones de liquidez.
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Incentivos y deducciones fiscales
La normativa contempla diferentes deducciones y bonificaciones que pueden ayudar a reducir la carga fiscal:
- I+D+i: gastos en investigación, desarrollo e innovación tecnológica
- Contratación de personal: especialmente colectivos con incentivos, como menores de 30 años, personas con discapacidad o parados de larga duración
- Inversiones medioambientales o en eficiencia energética
- Donativos y mecenazgo
Estas deducciones pueden ser decisivas para empresas que han realizado inversiones estratégicas durante el año.
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Planificación de dividendos y retribuciones
En el caso de sociedades, es importante analizar la política de retribuciones y dividendos:
- Una retribución adecuada a los administradores o socios trabajadores puede optimizar la carga fiscal, equilibrando entre IRPF y el Impuesto sobre Sociedades.
- La distribución de dividendos debe planificarse teniendo en cuenta la tributación en el IRPF de los socios y posibles beneficios fiscales.
Tomar estas decisiones antes de cerrar el ejercicio evita costes adicionales y permite diseñar una estrategia fiscal más equilibrada.
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Aportaciones a planes de pensiones y productos de previsión
Tanto autónomos como trabajadores por cuenta ajena pueden reducir la base imponible en el IRPF mediante aportaciones a planes de pensiones individuales o de empresa. Para 2025, el límite general de aportación individual es reducido, pero sigue siendo una herramienta eficaz de planificación fiscal. Además, los planes de empleo ofrecen un mayor margen de deducción. Conviene valorar estas aportaciones antes de final de año.
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Operaciones vinculadas y precios de transferencia
En grupos empresariales o negocios con operaciones entre partes vinculadas (sociedades del mismo grupo, socios y empresa, etc.), es esencial documentar y justificar los precios de transferencia. La correcta valoración de estas operaciones evita ajustes fiscales posteriores y sanciones. Revisarlas antes de cerrar el ejercicio permite corregir posibles desviaciones y asegurar que cumplen con la normativa.
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Fiscalidad internacional
Para empresas con actividad internacional resulta clave analizar cuestiones como la retención en origen de rentas obtenidas en el extranjero, la aplicación de convenios de doble imposición y las obligaciones de información fiscal (modelo 720, DAC 6, etc.).
Una planificación adecuada puede evitar pagar impuestos de más en dos jurisdicciones distintas.
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Anticipación de inversiones
Si se prevé realizar inversiones necesarias para el negocio a corto plazo (maquinaria, tecnología, vehículos, etc.), puede ser interesante adelantarlas antes de final de año. De esta forma, se aprovechan las amortizaciones y deducciones desde el mismo ejercicio, reduciendo la base imponible.
El cierre fiscal es también la oportunidad de aplicar estrategias que reduzcan la carga impositiva de manera legal y eficiente. La clave está en planificar con antelación y contar con una asesoría fiscal de confianza.