¿Cuánto vale mi hora de trabajo? ¿Cuánto debería pedir a mis clientes por un proyecto? Esa es una de las cuestiones que más frecuentemente nos hacemos cuando vamos a iniciar una actividad profesional por cuenta propia. Y no es una pregunta sin importancia, porque de ese cálculo va a depender en parte la viabilidad de nuestro negocio.

Existen una serie de criterios para calcular cuánto vale nuestra hora de trabajo, y todos tienen en cuenta el tiempo empleado en el proyecto y los gastos asumidos para su realización.

Para calcular cuánto vanos a cobrar por hora trabajada, habrá que tener en cuenta las siguientes cuestiones:

  • Gastos asumidos para realizar el proyecto. Con gastos nos referimos tanto a los de la propia realización de la tarea (materiales, suministros, combustible para los desplazamientos, coste de los trabajos realizados por terceros…) como a la parte proporcional de los gastos que nos supone mantener nuestra actividad profesional (luz, telefonía…)
  • Tiempo invertido en realizar la tarea. Para calcular el tiempo que nos va a suponer un trabajo podemos calcularlo a partir del número de horas de nuestra jornada laboral, y poner un precio por hora. Hay que tener en cuenta que en ese tiempo incluiremos las horas que nos lleven las reuniones, los desplazamientos, la realización del presupuesto, las llamadas telefónicas y todas las horas que en la práctica hemos dedicado al proyecto.
  • Calcular el precio de nuestra hora de trabajo. Aunque el precio puede varias considerablemente de una actividad a otra, hay un mínimo del que no debemos bajar: el Salario Mínimo Interprofesional, que para 2020 es de 950 euros al mes. A partir de aquí, la horquilla es muy amplia, pero podemos consultar los precios de otros negocios de nuestro sector y también las webs especializadas que ofrecen el precio medio por hora de una gran variedad de actividades profesionales.
  • Tener en cuenta los impuestos y establecer el beneficio que se quiere obtener. Al margen del precio de los gastos y de nuestra hora de trabajo, hay que tener en cuenta tanto el beneficio que queremos obtener por el proyecto como las retenciones que se van a aplicar a ese proyecto.
Traducir