Más de una cuarta parte de los españoles comenzó a trabajar desde casa a raíz de la pandemia, según un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Y, de ellos, un 20% sufre ya síntomas de aislamiento, soledad o desgaste profesional. El teletrabajo tiene aspectos positivos y, en este contexto de crisis, sanitaria tanto la prevención de contagios como las circunstancias familiares han hecho necesaria su utilización. Pero conlleva riesgos para la salud que en muchos casos se infravaloran y que es necesario prevenir.

Empresas y autónomos han hecho grandes esfuerzos en estos meses para adaptarse al trabajo en remoto. Pero más allá de las cuestiones técnicas y de organización, en gran medida se han pasado por alto los riesgos laborales que supone trabajar ocho horas en casa, sin apenas contacto con el exterior, con horarios que a veces se extienden más que en el centro de trabajo y frecuentemente en unas condiciones de sedentarismo y falta de ergonomía que no son perjudiciales para la salud.

El sedentarismo, la falta de socialización y el estrés son algunos de los riesgos de trabajar desde casa; unos factores que en estos meses ya han comenzado a pasar factura a muchos trabajadores, y que en el medio plazo pueden dar pie a patologías graves como la depresión, la ansiedad, la obesidad, enfermedades cardiovasculares o del aparato locomotor.

Los especialistas destacan algunas señales a las que hay que prestar atención, que son síntomas de que el teletrabajo está empezando a afectar a la salud física y mental:

  • Sobrecarga de trabajo. Organizarse no siempre es fácil cuando se trabaja desde casa, ni en lo que se refiere a la organización con el resto de compañeros o departamentos ni en el trabajo propio. Si la gestión del trabajo no es eficaz, se corre el riesgo de no ser productivo, lo que también conlleva una sobrecarga de trabajo y un aumento involuntario de la jornada laboral, con una consiguiente sensación de frustración y de no cumplir con los objetivos.
  • ‘Burn out’ o desgaste profesional. Muy relacionada con lo anterior está la dificultad de desconectar de las obligaciones laborales, a las que en muchas ocasiones es complicado poner límites cuando se trabaja desde casa. El cansancio y esta falta de desconexión provoca el síndrome de ‘burn out’ o desgaste profesional, con graves consecuencias tanto físicas como psicológicas.
  • Sensación de aislamiento o soledad. Otro de los riesgos del teletrabajo es la falta de socialización que conlleva el hecho de no relacionarse con los compañeros de trabajo, mayor aún en el caso de las personas que viven solas. Esta sensación de aislamiento, y en ocasiones incluso de soledad, puede causar estrés, depresión y ansiedad.
  • Pérdida de concentración y de memoria. El estrés y su combinación con el sedentarismo puede hacernos notar una menor capacidad de concentración y atención, menor rendimiento intelectual y pérdida de memoria.
  • Aumento de peso. Trabajar ocho horas en casa, sin necesidad de desplazarse al trabajo ni de moverse por el propio lugar de trabajo, supone un importante factor de sedentarismo, al que se une el riesgo de comer entre horas por ansiedad alimentos poco saludables.
  • Dolores musculares. Una de las señales más visibles de que el teletrabajo está causando problemas de salud es la aparición de dolores musculares y contracturas (muy habitualmente en la zona lumbar), provocados por una mala postura y por una falta de ergonomía de la silla y la mesa de trabajo.
  • Pesadez en las piernas. La pesadez en las piernas, inflamación o incluso dolor es una de las consecuencias que el sedentarismo tiene en esta parte del cuerpo al perjudicar a la circulación.
  • Falta de sueño. El estrés y la ansiedad con frecuencia conllevan problemas de sueño; lo que a su vez no solo genera una sensación de cansancio, sino que además interfiere en la adecuada producción de endorfinas durante la noche.

 

Recomendaciones para prevenir los riesgos laborales del teletrabajo

Todo lo anterior da una idea de las múltiples patologías tanto físicas como psicológicas a que puede dar lugar el teletrabajo si estos riesgos, a los que muchas veces no damos la necesaria importancia, no se previenen correctamente. Algunas recomendaciones para evitarlos son las siguientes:

    • Aprender a gestionar el tiempo y planificar las tareas. Existen técnicas que pueden ayudar a planificar la jornada de trabajo. Por ejemplo, crear un calendario de tareas en el que distingamos las urgentes e importantes de las que no lo son o evitar la multitarea. Es fundamental además tener una rutina de horarios y evitar las distracciones, para lo que es importante también el espacio en el que ubiquemos la mesa de trabajo.
  • Hacer descansos y realizar ejercicios. Algunos especialistas recomiendan hacer descansos cada hora y media o dos horas; otros estudios aconsejan parar cada hora durante alrededor de un cuarto de hora. En este tiempo de descanso conviene caminar un poco, o bien realizar ejercicios y estiramientos.
  • Respetar los horarios de sueño y desconectar del trabajo. Dormir las 8 horas diarias recomendadas es importante tanto un punto de vista físico como mental. Además, para prevenir el ‘burn out’, es recomendable, dentro de lo posible, desconectar de los dispositivos que se emplean para trabajar, como el móvil de empresa o el ordenador.
  • Mantener la conexión con los demás. Uno de los mayores riesgos del teletrabajo para la salud mental es la escasa socialización, por lo que es recomendable mantenernos conectados a familia, amigos y compañeros de trabajo, además de compartir con nuestras personas cercanas cómo nos sentimos.
  • Cuidar el espacio de trabajo. Una mesa y silla adecuadas son fundamentales para una correcta ergonomía, y en este sentido es importante que tengan la altura adecuada, de modo que podamos apoyar los antebrazos en los reposabrazos. Los pies deben apoyarse en el suelo, o bien en un peldaño, y debemos evitar cruzar las piernas para favorecer la circulación. Para mantener la postura correcta es fundamental que la pantalla y los utensilios que vamos a necesitar estén correctamente colocados (el borde superior de la pantalla debe estar a la altura de los ojos) y a mano, para no obligarnos a realizar movimientos perjudiciales. Además, contar con un espacio de trabajo cómodo, ordenado y agradable aumentará la motivación.
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