Informáticos, asesores, abogados… Determinados profesionales ofrecen servicios que no son fácilmente cuantificables, y en los que ni siquiera el resultado es cierto u objetivo. No todas las operaciones son tan sencillas como la compra-venta de un producto con un precio prefijado.

Para garantizar las condiciones en las que realizamos estos trabajos y protegernos de posibles impagos existe el contrato de prestación de servicios, que puede ser muy útil para determinados profesionales que realizan trabajos de este tipo, especialmente si hablamos de operaciones por un importe elevado y con un cliente aún desconocido. Es decir, si percibimos que pueden existir riesgos en lo que respecta al cumplimiento de las obligaciones.

El contrato de prestación de servicios es un documento que recoge tanto el servicio que se presta como las obligaciones de ambas partes. Describe, además, las posibles indemnizaciones en caso de que exista desacuerdo y termine la relación profesional, y además es una garantía para la empresa que contrata los servicios ante una posible inspección.

Cuál será el importe de los servicios prestados, qué materiales se utilizarán, qué trabajos se realizarán para la consecución de los objetivos o cuándo estará terminado el proyecto son otros aspectos que puede recoger el contrato de prestación de servicios, que se rige por el Código de Comercio.

 

Qué debe contener un contrato de prestación de servicios

Es imprescindible que un contrato de prestación de servicios contenga la siguiente información:

  • Partes que firman el contrato. Deberán aparecer identificadas las partes implicadas en el servicio prestado, cuál es su actividad y los datos de las personas que firman el acuerdo.
  • Servicio prestado. Qué servicio se presta, en qué consiste y los objetivos.
  • Duración del servicio. Debe incluirse la fecha de inicio de la prestación del servicio y, en caso de conocerla, la fecha de fin. Si el servicio se presta de manera indefinida, deben indicarse las causas de extinción de la relación y los plazos.
  • Asimismo, tiene que incluir la retribución que se recibirá por el servicio prestado, las condiciones de pago (por ejemplo, si los impuestos están incluidos) y los plazos.
  • Para evitar posibles conflictos, deberán explicarse las obligaciones de cada parte, incluyendo escenarios hipotéticos que se pueden presentar en la prestación del servicio.
  • Deben añadirse las consecuencias que tendrán para las partes el incumplimiento de sus obligaciones.
  • Y, por supuesto, firmar el contrato por las personas que representan a ambas partes.
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